¿Qué pasa cuando cocinamos a bajas temperaturas durante largos periodos?, permitimos que las fibras de la carne se descompongan lentamente convirtiendo cortes duros y fibrosos en bocados tiernos, jugosos y llenos de sabor. La clave está en mantener una temperatura constante y baja, generalmente entre 60 y 90 grados Celsius, lo que evita que las proteínas se contraigan y pierdan su jugosidad.
Cortes menos costosos y que suelen ser desechados en otras técnicas de cocción, como el osobuco, la falda o el cuello, se transforman en platos exquisitos. Esto no solo es económico, sino que también promueve una cocina sin desperdicio.
Aprovechamiento integral en la cocina
La cocción lenta no se limita a la preparación de la carne principal. Aquí te compartimos algunas ideas para utilizar cada parte del ingrediente:
Caldo y fondos: Los huesos y partes duras que normalmente se descartan pueden ser utilizados para hacer caldos ricos y nutritivos. Simplemente cocínalos a fuego lento con hierbas y vegetales.
Salsas y reducciones. Los jugos resultantes de la cocción lenta son ideales para hacer salsas. Puedes reducir estos líquidos a fuego lento hasta obtener una salsa espesa y llena de sabor.
Sin Desperdicio. La carne sobrante de una cocción lenta puede ser desmenuzada y reutilizada en otros platos como la ropa vieja (un plato tradicional cubano) o las carnitas mexicanas o para sandwiches, tacos o rellenos
La cocción lenta puede sonar a que gasta mucho pero un fuego máximo: en general consume entre 8 y 12 metros cúbicos (m³) de gas por hora. Un fuego medio suele consumir entre 4 y 6 m³ de gas por hora y un fuego mínimo puede consumir alrededor de 1 a 2 m³ de gas por hora. Con lo cual 8 horas al super mínimo, equivale a 1 de fuego máximo. Si utilizas una hornalla más pequeña y un difusor de calor, su consumo puede reducirse aún más.
Fuegos y su consumo de gas
🔥Fuego máximo consume entre 8 y 12 metros cúbicos (m³) de gas por hora.
🔥Fuego medio consume entre 4 y 6 m³ de gas por hora
🔥Fuego mínimo consume entre 1 a 2 m³ de gas por hora.
La cocción lenta es más que una técnica; es un acercamiento consciente a la cocina que nos permite disfrutar de cada parte del ingrediente y reducir el desperdicio. Con un poco de tiempo y paciencia, podemos transformar cortes humildes en auténticas obras maestras culinarias, ricas en sabor y en significado. ¿Te animas a probarlo?