¿Cómo saborizar un aceite de oliva de calidad?
El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es un ingrediente mágico que realza cualquier plato con su untuosidad y sabor. Cada variedad de aceite tiene características únicas determinadas por el tipo de aceitunas, el lugar donde se cultivan y su método de producción, lo que lo convierte en un producto versátil y de alta calidad.
Durante una visita a productores de (AOVE) en Buenos Aires, compartí en mi canal de YouTube la experiencia de conocer sus métodos y productos. Aunque el aceite de oliva en su estado natural es una delicia, también disfruto dándole un toque especial mediante infusiones o sabores añadidos.
Se puede saborizar un aceite de oliva mediante infusion en frio o en caliente, Para una infusión segura en frío, es importante acidificar o cocinar previamente los ingredientes que no han sido pasteurizados, asegurando así un producto final seguro y delicioso.
Acidificar: es agregar un ácido (como vinagre, jugo de limón, ácido cítrico, etc) a un alimento o bebida para bajar su pH y hacerla más ácida. Por ende, mejora la conservación y altera el sabor. colocar ajos en el fondo de un frasco. agregar jugo de limón a la mitad y la otra mitad de agua (hasta cubrirlos). dejarlos por 24 horas. Ajo listo para usar en al aceite
El ajo fresco, puede contener esporas de Clostridium botulinum, la bacteria que causa el botulismo. Estas esporas pueden sobrevivir en ambientes de baja acidez y sin oxígeno, como en el aceite de oliva. Entonces, para reducir el riesgo de la misma, es importante acidificar correctamente el ajo o cualquier ingrediente crudo natural, antes de agregarlo al aceite.
En lugar de ello, podemos saborizar o infusionar el aceite para agregarle un perfil de sabor distinto sin necesidad de acidificar previamente. Saborizar implica añadir ingredientes como hierbas, especias o cítricos directamente al aceite y dejarlos reposar para que liberen sus sabores. Infusionar, por otro lado, consiste en calentar suavemente el aceite con los ingredientes a baja temperatura, no mas de 40ºC, lo que resulta en un sabor más profundo y complejo.
Por ejemplo, se puede saborizar el aceite de oliva añadiendo ramas de romero o dientes de ajo y dejándolos reposar durante unas semanas. Para infusionar, calentar el aceite con cáscaras de limón y tomillo durante unos minutos y luego se filtra. Ambas técnicas permiten personalizar el aceite de oliva según el tiempo disponible y la profundidad de sabor deseada.
Algunas combinaciones de infusiones exitosas incluyen ajo, pimienta y laurel; albahaca, ajo y sal; o piel de limón. Estas infusiones no solo añaden sabor, sino que también hacen que los alimentos sean más ricos y complejos debido a la capacidad del aceite para disolver compuestos aromáticos y mejorar la textura.
Experimentar con aceites de oliva saborizados e infusionados es una forma creativa y sostenible de enriquecer tus platos, demostrando que la cocina sin desperdicio puede ser tanto práctica como exquisita.
Te dejo estas recetas para que pruebes