Lo singular de la verdolaga
A menudo considerada una maleza, la verdolaga es una suculenta que crece de manera silvestre en jardines, terrenos baldíos y bordes de caminos. Pero pocos saben que tiene un alto valor nutricional y muchos usos en la cocina.
La verdolaga es considerada una hierba medicinal, que se adapta a los lugares más secos y cálidos, como las zonas desérticas. Por eso, no requiere casi de cuidados, y podemos plantar un par en nuestra huerta sin darles mucha atención. Se ha usado mucho en la medicina tradicional, principalmente para tratar problemas digestivos, inflamaciones, y como diurético. En la antigua Grecia, Hipocrates la recomendaba para desintoxicar el cuerpo.
En cuanto a su nutrición, se caracteriza, extrañamente, por ser alta en omega-3. Es mas, es una de las pocas plantas ricas en estos ácidos grasos (ALAs), muy importantes para la salud del cerebro y corazón. A su vez, cuenta con mucílagos y betacarotenos, aporta vitaminas, principalmente vitamina C y E, minerales, (Magnesio calcio y potasio) y antioxidantes.
Tanto sus tallos como hojas, flores y semillas son comestibles. A su vez, tiene una textura carnosa, típica de las suculentas. Se consume, principalmente, cruda. ¿Qué sabor tiene? Algo ácido y salado a la vez. Su textura carnosa la convierte en una hierba ideal para ensaladas frescas.
Las personas propensas a los cálculos renales deben tener cuidado al comer verdolaga, especialmente sus semillas ya que tienden a tener niveles más altos de oxalatos. Si se come en exceso, forman depósitos duros de minerales y sales que se forman en el riñón, las famosas “piedritas”.
¿Cómo usar la verdolaga?
Cruda, en ensaladas, agregandola a las sopas, salteada, como reemplazo de la espinaca, en rellenos, licuados…