Lo singular de la arveja
La arveja es uno de los cultivos y alimentos más antiguos de la humanidad, con registros históricos y referencias que se remontan a 7000 años A.C. Y no solo las arvejas tienen semejante historia, sino que las leguminosas como los garbanzos y las lentejas, también son considerados hoy en día como los primeros cultivos realizados por el hombre.
La arveja, en su estado natural, es uno de los vegetales más ricos en tiamina (vitamina B1), la cual es esencial para la producción de energía, además de tener una importante cantidad de proteínas y carbohidratos, siendo baja en grasas. A su vez, se destaca por su alto contenido de fibra, esencial para nuestra salud intestinal como para darnos saciedad a la hora de una comida. La ciencia demostró que es uno de los alimentos que más nutrientes (proteína y carbohidratos) tiene por peso. Buena fuente de hierro y potasio, como de vitaminas A, B y C.
Su sabor dulce y textura terrosa las hace muy versátiles en la cocina. Se pueden presentar de 3 formas: Arvejas verdes, arvejas amarillas y arvejas partidas. Las partidas son ideales para cuando no tenemos mucho tiempo, son de cocción rápida y no requieren remojo previo. Pero si hablamos de su forma entera, si es necesario dejarlas en agua por lo menos toda una noche, para aumentar la biodisponibilidad de nutrientes y disminuir el contenido de antinutrientes, como el ácido fítico.
En la cocina, como nombré, son muy versátiles y adaptables a cualquier tipo de preparación, como lo son también el resto de las legumbres. Últimamente, les encontré un buen lugar en una sopa cremosa de puerro y arveja (sopas de legumbres ), son ideales para formar parte de la masa de crepes/ wraps ( arvejas en crepes o wrap) y hasta las pdoemos usar en recetas dulces como en estas galletitas-de-arvejas. El sabor de la arveja, en esta última receta, se esconde y terminamos con un buen postre, con muchísima nutrición.