Lo singular de la berenjena y el poder anti inflamatorio de su piel
Lo que más recuerdo de mi infancia, además de una vida simple y altamente ligada a la naturaleza, recuerdo la abundancia estacional donde, a pesar de ella, todo se utilizaba, no había prácticamente descartes.
En esta semana, te invito a darle otra mirada a tus cáscaras, pieles y semillas, a no descartarlas, a disfrutarlas en forma de polvos en tus ensaladas, sopas y platos, donde la de la berenjena, es especial y única en sabores.
Siempre creí que las berenjenas se comían enteras y no entendía por qué se quemaban las pieles para hacer dips como el baba ganoush. El fundamento detrás de esto es que produce un sabor ahumado. Pero, la opción de sacrificarlas por una intensidad en el sabor, no es tan real después de varias pruebas: la berenjena tiene notas ahumadas per se y la mayoría están en sus pieles. Quemarla y desperdiciarla no tiene sentido, menos cuando se sabe que su color púrpura oscuro se debe a la presencia de antocianinas, que son poderosos antioxidantes pertenecientes al grupo de los flavonoides. Estos compuestos están asociados a la protección contra enfermedades cardiovasculares, a la reducción de la inflamación y la mejora de la salud ocular.
La piel de la berenjena contiene fibra, que es esencial para la salud digestiva y puede ayudar a mantener niveles saludables de colesterol y glucosa en la sangre. También aporta vitaminas y minerales, como la vitamina C, vitamina K, y manganeso.
Visto desde esta óptica, del cuidado y del respeto del alimento y del poder que tienen sobre nuestra salud, no habría razón para quemarlas y perder con ello lo que nos da..
¿Qué hacemos con las pieles en el caso de necesitar retirarlas? …el más rico de los polvos para terminar sopas, ensaladas, pastas o arroz