Lo singular de la leche de burra

Lo singular de la leche de burra

Alguna vez escuchaste hablar de la leche de burra? Hoy en día, no es muy comercializada a nivel mundial, tampoco a gran escala. Únicamente en países como Italia, (donde es costumbre su consumo y por ende, más popular),  se vende como producto industrializado. En Argentina, un grupo de investigadores de la provincia de Córdoba crearon “Equslac”, un proyecto que tiene como objetivo  llevar este super-alimento a las mesas de más argentinos. Pero qué hace a la leche de burra especial y tan distinta al resto?

Primero, se caracteriza por su similitud estructural y nutricional a la leche materna humana. Encontramos semejanzas en cuanto al porcentaje de  proteínas, minerales, vitaminas y lactosa, disacárido responsable de otorgarle a ambas ese dulzor característico. Esta característica es clave y posiciona a la leche de burra como un perfecto reemplazo o adición para niños y bebés, especialmente para aquellos que no toleran la leche de vaca por ser alérgicos a la proteínas de ella (APLV). A su vez, la leche de burra, a diferencia de la de vaca o cabra, presenta las enzimas lisozima y lactoferrina. Estas proteínas tienen la propiedad de ser bactericidas, antimicrobianas y antiinflamatorias, componentes que también  encontramos nuevamente, en la leche humana.

Siguiendo este hilo, su consumo es ideal también para aquellos jóvenes y adultos sensibles a la leche de vaca, ya sea por su intolerancia a la caseína o porque prefieren evitarla debido a alguna respuesta inflamatoria.

Otra notable diferencia, es que la leche de burra, es baja en grasas (especialmente las saturadas) y colesterol, siendo especialmente alta en calcio, selenio, proteínas de suero y vitamina D3. Las proteínas que posee son protectoras, teniendo efectos antivirales, antifúngicos, hipoglucémicos, antiparasitarios y antitumorales.

El proyecto, tiene una mirada integral y a su vez, busca el bienestar de las burras: viven en libertad, pastan, y se alimentan únicamente de pastura.  No son inseminadas, respetando así sus ciclos naturales. Un animal sano, contento y libre de estrés por ende produce una leche con estas características extraordinarias. Por su alimentación exclusiva de pasto, la leche contiene los ácidos grasos esenciales omega-3, vitales para la salud cardiaca y manejo de triglicéridos.

A diferencia de la leche de vaca idealizada, la leche de burra es pasteurizada pero no atraviesa procesos adicionales como filtrado y homogeneizado. De esta manera,mantiene sus proteínas, vitaminas  y enzimas que nos otorgan estos beneficios. Por esto, la comercializan de forma congelada, para evitar su deterioro.

Su pureza y delicadeza la hace sensible al calor, por eso, se recomienda descongelarla en la heladera y a la hora de su uso, si fuese necesario, calentarla suavemente, a baño maría sin superar los 70 C. Con esto,  evitamos su separación en fases y la conservación de los nutrientes.