Lo singular de la piel
¿Sabías que para tener una piel radiante, joven y sana se logra a través de la alimentación?
Los alimentos contienen vitaminas y nutrientes que alimentan nuestras bacterias.
Las vitaminas y las bacterias son auténticos escudos que nos protegen y contribuyen a nuestro bien-estar. Tienen la función de proteger tanto a las células como a los tejidos de las múltiples agresiones que sufren.
En los alimentos, ¿donde los encontramos?
Las vitaminas son nutrientes esenciales que están en una variedad de alimentos, como frutas, verduras, cereales integrales, carnes magras, lácteos y fuentes de grasas saludables, colaborando para funciones metabólicas de crecimiento y del mantenimiento de la salud. Ya que el cuerpo humano no es capaz de “fabricarlas”, con las excepciones de la vitamina D, que podemos “sintetizar a partir de los rayos solares y la vitamina K que se obtienen de la flora intestinal en pequeñas cantidades, es de vital importancia como te alimentas.
Las bacterias están en todo nuestro cuerpo principalmente y en los alimentos vivos en general.
En nuestro cuerpo están concentradas en el intestino, la piel, la boca, en las vias respiratorias superiores y en los genitales. a esta comunidad de bacterias se la llama microbiota
¿Cómo desaprovechamos vitaminas y bacterias?
A través de hábitos de alimentación y de vida mal aprendidos, de equivocadas técnicas de cocción y de mala elección de alimentos, podemos llegar a ser una máquina destructora de ambas.
Las vitaminas son muy sensibles y podemos destruirlas mientras cocinando sin querer. Esto es lo que deberías hacer para que mayor concentración de vitaminas, lleguen a vos
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- Menos hervor excesivo, más cocciones cortas. Las vitaminas se pierden por el calor y por su contacto intenso con el oxígeno, o pasando al agua, especialmente las hidrosolubles. La vitamina C o ácido ascórbico, es la más sensible al calor. A partir de los 30ºC empieza a desnaturalizarse, a los 100ºC, ni te cuento.
- Menos luz, humedad y calor. mas técnicas de buena conservación
- Menos alimentos procesados industriales, más cocina casera
- Mejor manipulación de los alimentos desde el momento de la recolección o cosecha hasta que llegan a la mesa para mantener un buen aporte de vitaminas.
- más consumo de alimentos de temporada, locales, frescos y maduros y que no estén expuestos a la luz solar.
- Las frutas y las verduras más maduras en el momento de la recolección son las más ricas en vitaminas, con la excepción del tomate verde que contiene mayor cantidad de vitamina C que el rojo. Si compras local, esas hortalizas se cosechan en mejor punto
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- más compra consciente, solo lo que vas a consumir y en la brevedad
- técnicas correctas de cocción
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- Procurar cocinarlas enteras y con la piel.
- Siempre que sea posible hacerlo, lo más cercano a su consumo y una vez cocidas, guardarlas tapadas en recipientes para protegerlas de la luz y del aire.
- Añadir unas gotas de limón o vinagre al agua de cocción ya que las vitaminas se conservan mejor en medio ácido
- Reutilizar este caldo de cocción para elaborar caldos, sopas o guisos.
- Cocinar en su propio jugo. Como no hay dilución del alimento en agua, se pierde menos cantidad de vitaminas, especialmente las sensibles al calor.
- Cocinar al vapor, al no producirse dilución se conservan mejor los nutrientes.
- Hervir las verduras si las vamos a congelar, para destruir las enzimas que oxidan las vitaminas y siempre es mejor envasarlas al vacío.
- Para los pescados: es preferible el consumo de marinados, escabechados y la cocción al vapor.
- Carnes: se deben evitar las cocciones agresivas que las quemen y tuesten, como la barbacoa, que destruyen las vitaminas y crean toxinas.
La microbiota puede ser afectada o destruida por diversos factores, entre los cuales se encuentran:
- El uso de antibióticos: están hechos para ese fin, la eliminación de bacterias. hay veces que no hay otra opción pero solo utilizarlos en casos como ese.
- Dieta saludable: evitá los alimentos procesados, acércate a una dieta equilibrada alta en fibras. Para esto las legumbres hechas en casa, son ideales.
- Evita las situaciones de estrés pero por sobre todo, el estrés crónico: práctica atención plena, fomenta los pensamientos positivos, aléjate de personas y situaciones que alteren tu bien-estar como el exceso de noticias, exceso de redes sociales y mirar el medio vaso vacío. El stress que generan estas situaciones, influye negativamente en tu microbiota
- Expone tu cuerpo a productos naturales o al menos con un ph igual o menor que el de la piel. La exposición a ciertos productos químicos y contaminantes puede tener efectos negativos en la microbiota, por sobre todo en tu piel. Como el uso de jabones, cremas y protectores solares que no sean naturales
- La radioterapia y ciertos tratamientos médicos pueden afectar la microbiota, especialmente en áreas cercanas al tratamiento.
- la exclusión de alimentos de ciertas dietas
- el tabaco, la droga y el alcohol
- Reduce el consumo de azúcar, ya que implica su metabolización y el gasto de vitaminas en ello
Es importante destacar que, aunque estos factores pueden afectar la microbiota, el cuerpo tiene una cierta capacidad para recuperarse y restaurar el equilibrio.
- El agua es tu mejor crema humectante
- El perejil y otros alimentos desintoxicantes, ayudan a eliminar toxinas y a recuperar su brillo
- Las fibras (por eso siempre sugiero evitar las extractoras de jugos en lo posible y aprender a masticar más ensaladas). El consumo de fibras promueve la salud de la piel al respaldar la microbiota intestinal, estabilizar los niveles de azúcar en sangre, eliminar toxinas, favorecer la hidratación interna, reducir la inflamación y mejorar la digestión.
- Sumar más vitaminas C, junto con las proteínas. Ambas son claves para generar colágeno y dar firmeza.
- Sumar frutos secos y frutas moradas: altas en antioxidantes para bloquear los radicales libres y prevenir el envejecimiento y vitamina B
- aumentar el consumo de licopeno, presente en los tomates, sandías, papayas, cerezas, pimientos rojos y zanahorias son alimentos ricos en licopeno. El licopeno es un antioxidante beneficioso, especialmente cuando se consume con grasas saludables para una mejor absorción.
- Sumar más ácidos grasos (Omega 3). Es tu mejor crema, para regenerar mi piel: palta, pescados azules, chia, aceite de oliva
- Elegir alimentos ricos en vitamina A y betacarotenos, como los mango o las zanahorias. esto ayuda a la renovación celular de la piel
- Sumar proteínas, son generadoras de colágeno y elastina para reafirmar mi piel (Carnes, huevo, semillas de calabaza)
- Consume hierro, para evitar el mal color de tu rostro (hojas de espinacas), el consumo debería ser junto con la vitamina C