Lo singular de la remolacha
¿Con hojas o sin hojas?, ¿peladas o sin pelar? ¿Cuál es la mejor manera de cocinarla? Son preguntas que muchas veces me he hecho.
Hoy, te puedo contar que la remolacha es exacta en sabor, con cáscara o sin ella, así que te invito a no pelarlas nunca más, a quedarte con todos los nutrientes y fibras.
La remolacha es un tubérculo y, como tal, usa sus hojas para nutrirse y su tallo la sostienen. Cada una de estas partes están llenas de nutrientes, sabor y fibras.
En la mayoría de las verdulerías, ya vienen sin las hojas, se descartan por costumbre o porque están fumigadas. Hoy, te enseño a valorarlas y a sacar lo mejor de ellas. Si estas raíces tienen propiedades, sus pieles están potenciadas y sus hojas más aún.
Las hojas de la remolacha, no son otra cosa más. Definitivamente merecen una mirada especial. Estas, además de su alto valor nutricional, están llenas de vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes y un sabor dulce especial. Son tan versátiles que se pueden comer de muchas maneras: crudas, en batidos, salteadas, en sopas o en chips. Siempre que tus remolachas sean agroecológicas, sus hojas se pueden utilizar con un simple lavado, de lo contrario, deberías lavarlas bien, con 1 cucharadita de lavandina (5 ml) por cada litro de agua usado. Se deben sumergir las verduras a lavar y dejarlas reposar por 10 minutos. Por último, se enjuagan con agua y se secan lo que más se pueda, para una mejor conservación.
La remolacha, es una raíz pigmentada que no pierde fácilmente su firmeza frente a las cocciones prolongadas. Para preservar su color, es ideal utilizarla entera, ya sea cruda o cocida en el horno. La cocción en líquido tiende a dañar las células y a diluir los pigmentos. A su vez, se conservan mejor sus nutrientes si las cocinamos al horno o al vapor, por ende los aliento a tratar de elegir siempre estas opciones.
La piel, en el caso de que decidieras dejarla fuera de tu preparación, también se puede aprovechar como chips con un corto tostado en el horno. El tallo, e incluso las hojas, se pueden utilizar para rellenos, tartas y salteados. Por lo general, las incluyo en estos medallones de hojas de remolacha o en una a tarta de hojas verdes.
Siempre me gusta agregar y enriquecer las comidas, en vez de privarme de ellas. Si por ejemplo, voy a cocinar pastas, busco cómo hacerlas más nutritivas y balanceadas. Una de mis formas preferidas de hacerlo es agregar algún vegetal/ hoja verde a la masa, como por ejemplo en estos ravioles de remolacha, con relleno de diente de leon. Si se animan, pueden hasta hacer alguna preparación dulce, como esta mousse de chocolate y remolacha. Este tubérculo tiene un sabor dulce y terroso, que se complementa muy bien con el chocolate.
Cuéntenme cómo les va!