Lo singular del limón
No sólo la pulpa y el jugo del limón tienen nutrientes, sino que su cáscara también. Si hasta ahora la descartabas y te importa tu salud, no lo hagas mas y empeza a incorporarlas a tu alimentación de a poco. Es muy importante que tus limones sean naturales y que no los hayan fumigados. Si no sabes cómo se cultivaron, lávalos como siempre te digo: con una solución al 2% de bicarbonato o vinagre.
La cáscara aporta calcio y potasio que son importantes para mantener huesos fuertes y una buena circulación celular en nuestro cuerpo. También refuerzan el sistema inmunológico ya que, al igual que la pulpa,
cuentan con una gran cantidad de vitamina C.
Consumir cáscara de limón ayuda, además, al sistema digestivo, ya que su fibra contribuye a reducir la inflamación y mantiene el metabolismo funcionando correctamente.
Al ser un antioxidante, favorece la piel previniendo la aparición de arrugas y manchas de envejecimiento, además de disminuir la piel reseca. Aporta vitaminas, elimina toxinas, es un poderoso bactericida y ayuda a resaltar el sabor de las comidas. ¿Nos animamos al limón sin desperdicio?
En la cocina, el limón tiene muchos usos. Tanto para aderezos como para cocciones o para preparar bebidas. Su aroma y esencia se emplea especialmente en pastelería. Aunque, terminar un plato con unas gotas de limón, una salsa de tomates o hasta un puré de papas, ayuda a realzar los sabores y a conservar la preparación ya que, junto con el vinagre, son grandes conservadores de alimentos. Sus cáscaras en general, van a la basura, con todos estos nutrientes, con lo sanas que son, terminan en la basura!
Es una fruta curativa por excelencia, porque nos aporta vitaminas, elimina toxinas y es un poderoso bactericida. Su uso regular es recomendado. Su gran poder bactericida, es el que le da el poder de conservar. Por su alto contenido en vitamina C y flavonoides, ayudan a reforzar tu sistema inmunológico aumentando las defensas de tu organismo. También previenen enfermedades, sobre todo de las vías respiratorias.
Aunque los limones son ricos en ácido cítrico, ayudan a alcalinizar tu organismo, restableciendo tu ph. Además de vitamina C, el limón contiene potasio, lo que es muy beneficioso para nuestro sistema nervioso y nuestro cerebro.
Tener un limonero en tu huerta es simple. Decidir la ubicación es lo primero. Necesita muchas horas de luz, un mínimo de 6 horas. No le gusta el exceso de agua. Necesita riego una vez al mes o dos, no más que eso, salvo que esté en maceta.
En macetas viene perfecto, te recomiendo girarla de vez en cuando para su mejor desarrollo. En cuanto al riego en maceta debe ser más seguido que en la tierra. Le encanta el abono, necesita un suelo rico en nutrientes como la mayoría de los frutales.
Lo ideal es fertilizar con compost o fertilizante orgánico 4 veces al año. Fertilizantes altos en hierro, fósforo y potasio sin exceso de nitrógeno.
Las podas son importantes tanto de altura como de sus chupones. El exceso de agua le hace mal. Nutrientes, poca agua y a disfrutarlo. Recomiendo poner hojas de mostaza en su base que le aporta nutrientes.