Lo singular del tofu

Lo singular del tofu

Hoy en día, el tofu parece estar en todos lados. Y no lo digo como algo malo. En mi opinión, este fenómeno debería haber pasado hace varios años, siendo Argentina uno de los mayores productores de soja a nivel mundial.  Creo que ya era hora de que la gran mayoría de argentinos descubriera y aprendiera a cocinar con tofu. Su nueva fama y “renacimiento” se debe a esta gran ola, que viene principalmente del oriente y norte américa,  relacionada con la alimentación plant based o basada en plantas. Los nombres como tofu, tempeh, seitán empezaron a resonar más y más en nuestro hemisferio, llegando al punto en que las personas con una dieta variada, pero omnívora, también decidieron incorporarlo en sus comidas. Pero, ¿por qué? Vale la pena y deberías darle una chance? ¿Qué beneficios nos trae, que nos aporta? Respondo lo mejor que pueda estas preguntas y de paso te cuento por qué lo elijo yo también.

Primero y principal;  ¿Qué es el tofu?

El tofu o cuajada de soja, es un alimento sólido y cremoso, rico en proteínas, calcio y hierro.  al igual que bajo en grasas. Se produce a partir de los porotos de soja, con el agregado de agua y un agente de cuajado. Es símbolo y uno de los más grandes representantes de la cocina asiática. Es muy apreciado principalmente por su versatilidad a la hora de cocinar, y debido a su alto valor proteico, es perfecto para un plato balanceado, siendo la alternativa ideal por excelencia de proteína de origen vegetal. Algo que me parece clave mencionar es que es una de las poquísimas proteínas, que no son animales( o derivadas de ellos) que son consideradas “completas”, es decir, contiene los 9 aminoácidos esenciales. Estos aminoácidos (o bloques que conforman nuestras proteínas) se denominan de esta forma ya que nuestro cuerpo no los produce por su cuenta, y necesita que los adquiramos mediante nuestra alimentación.

En cuanto a su gusto, es de sabor neutro. Escuché mucha gente decir “Que bodrio el tofu, no tiene gusto a nada”, pero en mi opinión, ahí está su mayor fortaleza. Podemos convertirlo en lo que queramos, darle la forma que deseáramos y claro, el sabor que estemos buscando. Desde platos dulces como mousse, cheesecakes o curds, hasta preparaciones como curries, pad thais, salteados, hasta rellenos de sandwiches y empanadas, el tofu lo puede todo. Es únicamente cuestión de probar.

En mi opinión, y como persona omnívora que lleva una alimentación lo más variada posible, el tofu es algo que siempre tengo en cuenta. Puedo lograr el mismo sabor y función que cumpliría el pollo o la carne en una receta con este ingrediente, logrando asi ampliar el número de productos basados en plantas que consumo. Al ser bajo en grasas saturadas, y relativamente bajo en calorías, es ideal para aquellos que están buscando comer mejor. Su textura lo hace ideal para reemplazar la crema en los postres y salsas, por eso, es un buen aliado para la pérdida de peso/ o buen mantenimiento del mismo.

¿Cómo cocinar el tofu?

Primero, es importante  eliminar el exceso de agua, escurriendolo con un trapo. De lo contrario, no absorberá bien sabores ni adquirirá una textura firme y crujiente al cocinarlo. Algunas recetas también recomiendan congelar y descongelar el tofu antes de marinarlo, ya que esto crea pequeñas bolsas dentro del bloque que lo ayudan a absorber y retener el sabor. También le da una textura más carnosa y masticable. (Yo comprobé varias veces este método y si, puedo asegurar que su textura cambia, es mas suave, absorbe mejor las salsas o condimentos y  aparte, es muy práctico. )

Una vez escurrido, se corta el tofu de la forma y el tamaño que se desease, (rodajas, cubos, tiras o desmenuzado con los dedos) antes de comenzar a cocinarlo. El tofu se puede dorar al horno, cocinar a la plancha a fuego fuerte, al vapor, hervido,  guisado, o saltearlo.

Mis maneras preferidas de incluirlo son en salteados y woks con vegetales, en currys tofu al curry  y en recetas dulces como parte de una riquisima mousse de chocolate