Mermeladas sin azúcar

Mermeladas sin azúcar

Para hacer mermeladas sin azúcar agregada y que queden dulces, es clave aprovechar la dulzura natural de las frutas y utilizar pectina o agentes gelificantes naturales. Las uvas, por ejemplo, son una excelente opción por ser naturalmente dulces y ricas en nutrientes. Además de su dulzura, aportan beneficios adicionales gracias a su contenido en antioxidantes, fibra, y una variedad de minerales esenciales como potasio, cobre, hierro, calcio, fósforo, magnesio, manganeso, azufre y selenio. Estos nutrientes no solo mejoran la salud general, sino que también ayudan a proteger contra el daño celular.

El azúcar en las mermeladas tradicionales cumple dos funciones esenciales: conservación y textura. El azúcar actúa como conservante al reducir la actividad del agua en la mermelada, impidiendo el crecimiento de microorganismos. Sin embargo, este efecto se puede lograr igualmente mediante una correcta pasteurización y almacenando los frascos adecuadamente. Para la textura, el azúcar activa la pectina, una fibra natural presente en las frutas que ayuda a que la mermelada se gelifique.

En lugar de depender del azúcar, las semillas de chía son una excelente alternativa para darle textura a las mermeladas gracias a sus mucílagos, que son fibras solubles capaces de formar geles cuando se hidratan. Las semillas de chía no solo son funcionales, sino que también son una fuente vegetal de ácidos grasos omega-3, esenciales para la salud cardiovascular. Con solo 2 cucharadas, puedes cubrir tus necesidades diarias de omega-3.

Si no tienes uvas a mano porque no es la temporada, hay otras frutas que también funcionan bien en mermeladas sin azúcar, como manzanas, arándanos, o la fruta de estación que prefieras. Es importante considerar que frutas con alto contenido de agua, como las frutillas o las naranjas, pueden necesitar un ajuste en la cantidad de semillas de chía para asegurar la consistencia deseada. En estos casos, agregar 1 cucharada extra de chía puede ayudar a compensar la cantidad de líquido y lograr una mermelada más firme y untuosa.

Además, si estás trabajando con frutas naturalmente ácidas como el mburucuyá, puedes aprovechar su pH bajo, lo que también contribuirá a la conservación de la mermelada sin necesidad de azúcar. De esta manera, tendrás una opción de mermelada casera más saludable, con un equilibrio ideal entre sabor, nutrición y conservación, todo sin comprometer la calidad o la seguridad del producto final.

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