Polvo de berenjenas y babaganoush

Preparación

Para hacer tu propio tahini, colocar en una sartén u olla 200 gramos de semillas de sésamo integral. Llevarlo a fuego bajo y tostar durante 5 a 6 minutos, moviéndolas continuamente para evitar que se quemen. Dejar enfriar y moler hasta obtener una pasta. 

Lavar las berenjenas y, sin secarlas, llevarlas a una placa para horno con papel antiadherente en la base. Hornearlas durante 30 a 35 minutos en un horno a 180°C. Te recomiendo pincharlas para evitar que exploten por el mismo vapor que se genera en su interior. Apagar el horno y dejarlas enfriar dentro de este. Es una forma de que el mismo calor las termine de cocinar.

Mientras sigan calientes y con cuidado de no quemarte, retirá la piel que se van a desprender muy fácilmente. Por un lado, llevar las cascaras nuevamente al horno, mientras el horno siga caliente pero apagado durante 10 o 15 minutos. Esto hace que se sequen y queden crujientes, perfectas para nuestro futuro polvo. Otra opcion es ponerlas en un horno de 60ºC (casi deshidratador y dejarlas secarse por 10 minutos).

Por otro lado vamos a tener la pulpa de la berenjena. La colocamos en una procesadora de alimentos, junto con el ajo, la miel, el limón, comino, tahini y sal. Procesar. También se puede pisar todo con tenedor o machacar en un mortero. Terminar con un hilo de aceite de oliva, las semillas de sésamo y el polvo de berenjenas.

Para el polvo: volviendo a las pieles, una vez pasado el tiempo y estén secas, dejarlas enfriar y procesarlas con licuadora, procesadora de alimentos o mortero hasta que se forme un polvo. Conservarlo en un frasco cerrado, a temperatura ambiente y alejado de la luz. Terminar preparaciones como el babaganough, arroces blancos, salteados de vegetales o carnes asadas.

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